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LA 'PRAXIS' SIN TEORIA

En el contexto relativista vigente se han desarrollado perspectivas ideológicas 'pragmáticas' que, en general, corresponden al principio de la 'praxis sin teoría', en el que la palabra latina 'praxis' significa 'acción directa'.

Entre ellas destacan las perspectivas modernas que razonan exclusivamente a partir de la 'experiencia', como es el caso del existencialismo, de la fenomenología y del pragmatismo.

Sin embargo, ha sido el marxismo el que alcanzó la cúspide al respecto al concebir la 'praxis' como la teoría de sí misma, fundado en que lo puramente teórico carece de valor. He aquí como el propio Marx lo planteó en sus Tesis sobre Feuerbach:

"Tesis 8. Toda la vida social es esencialmente práctica. Todos los misterios que inducen a la teoría, al misticismo, encuentran su solución racional en la práctica humana y en la comprensión de esta práctica."

Pero como el marxismo está actualmente de capa caída desde el estrepitoso fracaso de su obra cumbre, la Unión Soviética, la argumentación ideológica en torno a la primacía de la 'praxis' se ha reducido a encontrar una nueva estrategia de acción, no 'revolucionaria', sino de apariencia "inocente". Y la han encontrado en 'la verdad de consenso', perspectiva que está siendo aceptada ingenuamente por una amplia gama de visiones políticas supuestamente democráticas e incluso supuestamente cristianas.

Con ella, todo se reduce la "conveniencia práctica" de conquistar y conservar el poder político con propósitos específicos, mediante las más amplias alianzas 'progresistas' o 'populistas' que, obviamente, siempre incluyen a los marxistas camuflados de 'demócratas de centro izquierda'.

Sin embargo, su presencia la delata el hecho de que el propósito democrático de derrotar a los adversarios se ha transformado en el propósito totalitario de eliminarlos, conforme al hábito marxista de identificar a todos los que discrepan como 'fascistas'.

En estas condiciones el debate político ha pasado a centrarse en disputas prácticas, de apariencia no ideológicas, como en los siguientes casos ejemplares.

• El caso del 'calentamiento global', que se presenta respaldado por "mayorías de científicos" que, curiosamente, rechazan a los científicos que argumentan 'científicamente' a partir de hechos comprobados experimentalmente. como es propio del 'conocimiento científico'.

• Desde otro ángulo, también destaca especialmente la 'ideología de género' que subordina la naturaleza humana a interpretaciones creadas específicamente para justificar la homosexualidad como categoría genética, en circunstancia que no existe ninguna comprobación científica que así lo demuestre.

En síntesis, el hecho es que todas estas creaciones de mera conveniencia 'práctica' se estén imponiendo cada vez con mayor respaldo a niveles locales y mundial, significa una aceptación implícita de la estrategia marxista de 'cambiar por cambiar' sin juicios de valor, lo que se está consumando con la ayuda directa e indirecta de los ingenuos, los neutros, los cómodos, los confusos y, lo que es peor, de no pocos de los que dicen representar 'principios doctrinarios', en casos verdaderamente patéticos de sumisión intelectual a lo que dicen rechazar.

 

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